sábado, 5 de noviembre de 2011

Gracias hasta el infinito punto rojo

Gracias hasta el infinito punto rojo

¿Que melodía podrá describir la brutal y sincera necesidad de agradecimiento?

Nos movemos en este tosco y cotidiano ir y venir que algunos llaman vida, y en consecuencia (tal vez sea  la pluralidad de mis incapacidades) perdemos diariamente la proximidad del otro.
Perdemos en lo repetitivo, la increíble magnificencia de este show sobre la tierra.
Con una página atrapada entre mis dedos sostengo un libro.
 Me siento en el piso con el libro abierto entre mis otros libros abiertos, y busco, miserablemente busco, la frase que exprese lo que siento.
Tenia las condiciones para escribirles, sinceramente la tenia, pero, no se que ángel perverso, desmembró mis capacidades literarias y quedan atrapados (ahora) estos sentimientos que no pueden emocionar ni agradecer a nadie, porque sencillamente soy mediocre.
Para mí, cada domingo fue trágico y bello. (No hay dolor más atroz que ser feliz.)
La tragedia de seguir jugando al filo de mi salud, estoy mortalmente cansado, y la belleza de poder ir y poder volver  cada domingo con algo que me emociona.
Esas cosas salen de todos los subnormales que cada domingo vamos a ver como otros subnormales deciden hacer algo por sus vidas, pasear al perro, correr 43 mts, esperar pañales o comer pochoclos.
Me emociona que hayamos trabajado cerca de seis meses y que todo haya trascurrido en virtud de la cooperación, la intervención, la dedicación, el esfuerzo, la amistad y el aprendizaje… ¿no notaron que nadie nunca se peleo con nadie?
¿No notaron que la estación bienestar fluía?
¿Se dieron cuenta que siempre nos fuimos con un humor mejor al que llegamos?
No deseo hacer un adagio, no sugiero que nos inmolemos en Oroño y el río, pero propongo un juego despiadado. Pensemos en eso que nos hace vibrar la medula, que enciende luces y sombras ¿que es lo que nos apasiona?
Cada puta cosa que se realizo, fue porque brotaba de sus tripas sangrantes, no se si se sintieron obligados o no, solo se que nadie, ni Charly, ni los habitúe hubiese vuelto ni media vez si ‘’siente’’ que los kinesiólogos que allí trabajan lo hacen a desgano.
Son la generación de la autogestión, son la  posibilidad de que esta mierda de sociedad, contenga en su seno a posibles futuros profesionales que saben que hacer de su culo.
Saben que no deben dejar las decisiones en manos de los otros.
Hace tiempo escribí una carta a una de las kinesiólogas que va cada bendito domingo, y decía algo así:_yo no creo que pueda cambiar el mundo solo digo que estudiando , leyendo a los poetas, escuchando música, viendo el arte,  puedo cambiar mi forma de ver el mundo y en esa transformación acepto a quienes a mi alrededor me hacen crecer, soñar y envejecer dignamente.
Algún degenerado dirá: _solo te queda la muerte!!, pues bien, digo  si! si siempre!! Porque la sola idea te aferra pasionalmente a todo lo que es humano, la muerte nos separa de la artificialidad, la superficialidad no es cosa de nosotros.
El viernes, este que paso, sufrí una conmoción violenta,… (Dejo de escribir, no se como contar esto, pasaron quince minutos y dos vasos para poder relatar lo que sigue)… encontré en una mujer la voz de lo que tenia olvidado, descuidado.
Pude, después de escucharla cantar, recoger mis libertades perdidas, sostuve en la palma de mi mano, las lagrimas de agradecimiento, el llanto de poder seguir este camino, el siempre difícil camino correcto, de poder verme como una bomba pequeñita.
Cavile durante un buen rato, pensé: _que emoción poder bañarme por dentro, dejarme un rato en el armario y salir solo si mi.
Y así desvestido de mí y refrescado, salí a dar unas vueltas a ver si realmente todo lo sólido se desvanece en el aire.
¡Mierda! pensé. ¿Alguna vez podré hacer apasionar a alguien como hizo ella de mis cosas?
¿Podré mostrar esto que veo y siento, una corona de luz y penumbra al mismo tiempo?
Ella cantando un vibrato al final de un tema me dijo lo Margalef también me dijo, lo que Cioran también me dijo, lo que Dylan también me dijo: procura siempre volver al río para observar si los mosquitos aun siguen allí.
No estoy preparado para ser docente, no sirvo para esto, sirvo, eso si, para Mostar un sentir, para decir, yo ya estuve en el borde y aprendí sufriendo y transpirando que las certezas tienen que volver siempre para ser evaluadas.
Sirvo para decir que tenemos que ser superiores, no por los logros sino por el esfuerzo puesto en ellos… ¿si digo agua? ¿Beberé? ¿Si digo carne comeré? ¿De donde viene esta conspiración de invisibilidades?
Solo si lo hago tengo la tranquilidad de la derrota y la imperiosa necesidad de hacerlo de nuevo a ver si sale bien. Más allá del tiempo existe una realidad primaria para todo viviente, y es que crea su propia historia
¿Y si no sale? A tomar por culo, pues, lo que no aguante mi cuero hasta el hueso se de ha de hundir.
No sirvo para la formalidad, no sirvo para soberbia, no sirvo para a venta, no sirvo para estar confortablemente adormecido.
Soy mejor dicho,  lo grotesco, entristezco como una puesta de sol con esas imágenes que son propaganda, no soy la sonrisa de Colgate, no soy una familia coca cola.
Soy y sirvo para todo lo forzoso, soy la puta vena hinchada de mi cuello (yugular dicen los que saben)  soy y sirvo para lo brutal, y lo sencillo,  para observar a la vida desde una villa y descubrir lo sublime de un mate lavado cebado con amor o disfrutar de una clase de histología cuando de 32 alumnos, 30 duermen, uno se suicido colgado del cañón láser y uno presta atención.
Son casi tres hojas para poder decir gracias y aun no se si lo logro o lograre, pero supongo ya nadie quiere seguir leyendo si es que llego hasta acá.
Este texto debería ser sublime debería acariciar, y sin embargo…
No lo logra. Un fracaso más…
Intente decirles y no puede, trate de escribir y no pude, sigo buscando la forma.
Tengo una larga y vieja deuda al amor con ustedes y fervientemente se que las cuentas del alma no se acaban nuca de pagar. Estudiare y vivire para eso…
Dejo de joder.
                                                                   Sebastian Sanchez








No hay comentarios:

Publicar un comentario